Descripción: La falange de los dedos sumergidos en su potorro es la señal que le hacía falta para dar paso a la comida de las pelotas de su novio. No disimula nada lo cerda que es y no para de murmurar ni aunque el cimbrel ocupe su boca.
Publicidad
Descripción: La falange de los dedos sumergidos en su potorro es la señal que le hacía falta para dar paso a la comida de las pelotas de su novio. No disimula nada lo cerda que es y no para de murmurar ni aunque el cimbrel ocupe su boca.