Joel Tomas conoció a su novia Alexa en una discoteca valenciana y a las dos horas ya estaban follando. Estaba claro que los dos se entendían perfectamente y como es lógico surgió el amor. Un día Joel (que había hecho sus pinitos en el porno años atrás) le sugirió a Alexa grabar una escena entre ellos y la bella morena acepto. Ahora ninguno de los dos concibe la vida sin esas grabaciones intimas.