Española, morena y de ojos verdes. Debora Méndez oscila sobre esa delgada línea que separa juventud y madurez. Algo a todas luces positivo, ya que como bien reza el dicho: la experiencia es un grado. Ello queda demostrado en su primera escena, donde tendrá que lidiar con el enorme miembro de Nick Moreno. Un reto mayúsculo del que Debora ha conseguido salir victoriosa.