Alexandra Smith nunca antes en su vida había hecho porno o algo que se le pareciese, aunque en su vida privada se comporte como una auténtica pornostar, porque le apasiona comer pollas y es capaz de follar durante horas sin cansarse. Era sólo cuestión de tiempo que Alexandra se adentrase en este mundo de sexo y lujuria, en el que se siente como en casa.